Cuando alguien llega al tango, ya sea como espectador o para aprender a bailar, es muy difícil que advierta diferencias de estilos. Las comunidades tangueras, el tiempo (ese gran maestro), la experiencia, las horas de navegación en la pista, los sitios recorridos y las personas con que se baila y los distintos profesores con los que se aprende a bailar van nutriendo el aprendizaje. Con el progresivo conocimiento se va agudizando la mirada y comienzan a aparecer diferencias, variaciones que antes no se notaban.

Es difícil llegar a un estilo personal sin haber pasado por una experiencia rica de prácticas, aprendizaje y milongas. Copiar el estilo de un maestro es una cosa y adquirir un estilo propio es otra. Pero el estilo personal se construye con el tiempo y la experiencia. Es como para la construcción de una casa. Debemos comenzar por los cimientos. Los adornos, la decoración vendrán después. Nadie puede colocar los cuadros antes de haber levantado las paredes. Por eso es importante un buen y sólido cimiento.
Ahora bien, cuando se discute con respecto a los estilo o formas de bailar el tango establecidos (milonguero, de salón, fantasía, canyengue, etc.) se tiende a considerarlos como algo estático, como si desde que se inventó el tango hubieran estado claramente definidos. Asi como cada bailarín construye su forma de bailar con los años, también los estilos que se han ido conformando no son estilos creados y cerrados de una vez para siempre. Son laboriosas construcciones de arte popular colectivas que se van transformando. Una época en la que predomina el tango para espectáculos los grandes maestros pueden salir de ahi. 'Luego, puede venir un tiempo en que comienzan a florecer las milongas y algunos maestros surgen de ese espacio. A su vez estos estilos se van entremezclando, modificando, creciendo, consolidando y, entonces, lo que creemos que es un estilo "auténtico" desde los orígenes, en realidad ha sido una transformación con el paso del tiempo y de las personas, lo que no lo hace menos "verdadero".
Sería interesante que las polémicas sobre los estilos no empequeñecieran al tango, como resulta cuando en verdad se discuten mercados potenciales o los orgullos personales. Seria más interesante que la discusión sobre los estilos se hiciera para profundizar los conocimientos y para enriquecer al tango.
En general, los estilos surgen de las modificaciones originadas en los valores culturales y las condiciones sociales de los ambientes donde se baila. En la etapa del "adecentamiento" del tango la forma de bailarlo sufre importantes modificaciones.
JOSÉ GOBELLO(3) cita a VIEJO TANGUERO, cronista del diario Crítica de Buenos Aires, que en 1913 dice: "En este barrio el tango sufrió grandes innovaciones, cambiando no solamente sus figuras sino también su elasticidad y contoneos, que fue la interesante caracteristica de origen. Interpretado por muchachas en su mayor parte italianas, no se adaptaban al movimiento que le imprimían los criollos de cepa y fue entonces que se le dio el nombre de "tango liso". La modificación se hizo casi general, perdiendo el aire primitivo. Por tal motivo muchos de los que alli bailaban fracasaban en las academias. sin embargo, aficionados de nombre, como el flaco Saúl, por ejemplo, se identificó con los dos estilos y bailaba con igual facilidad en uno u otro salón". Las polémicas de entonces no son las mismas que las de ahora. Los estilos permanecen y, a la vez, se modifican. Por ejefnplo, en la actualidad la polémica entre los estilos no se debe a razones de moralidad o prejuicio cultural. Sin embargo, los estilos siguen su marcha de transformación, así como las polémicas continúan y el tango permanece.
Notas:
(2) Me ha comentado un aficionado de una ciudad no muy grande de Europa, con una comunidad tanguera muy pequeña e incipiente, que existen entre ellos desavenencias entre los grupos que practican estilos diferentes. Contaba que ellos todavía no conocen muy bien de qué se tratan esas diferencias y ya están peleados.
(3) "Crónica General del Tango", Ed. Fratema, Buenos Aires, 1980, pág. 37.
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